GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL EN LA EMPRESA: HERRAMIENTAS PARA LA GESTIÓN
MEDIOAMBIENTAL
Análisis del ciclo de vida (ACV):
Valora el
impacto global que un producto ejerce sobre el medio
ambiente. Los ACV permiten a los fabricantes calcular
el consumo de energía, de agua y de materias primas
que necesita la elaboración de un producto, así como
los residuos que se generarán en su fabricación, en
su uso o consumo y en su eliminación final.
Los
ACV son necesarios para el etiquetado ecológico de un
material, equipo o producto y permiten identificar las
etapas del proceso de fabricación y gestión
empresarial en las que podrían introducirse mejoras.
Evaluación del impacto ambiental:
Debe tener en cuenta
en qué medida la empresa incurre en los siguientes aspectos:
1. Contaminación
del aire
no hay emisiones aéreas
existen emisiones aéreas
ocasionales o dispersas
las emisiones aéreas
están controladas
no existen
receptores de las emisiones aéreas
2. Contaminación
del agua
no hay efluentes líquidos
los efluentes líquidos
son ocasionales o diluidos
los efluentes líquidos
son tratados
los efluentes son
biodegradables
3. Residuos sólidos
no se producen
residuos sólidos
los residuos sólidos
son reciclables
los residuos sólidos
son biodegradables
4. Materias primas
se utilizan
recursos renovables
la obtención de
materias primas no causa impactos ambientales
se utilizan como
materias primas productos reciclados
5. Producto
es reciclable
es biodegradable
tiene mayor vida útil
ocupa poco volumen
disminuye la
contaminación
disminuye el
consumo de recursos no renovables
producto liviano
6. Utilidades
no son fuente de
contaminación
se consumen
recursos renovables
7. Embalaje
se utilizan
materiales biodegradables
los materiales son
reciclables
los materiales
utilizados fueron reciclados
materiales livianos
el embalaje ocupa
poco volumen Además, la empresa debe elaborar un registro
de los impactos sobre el medio ambiente más
significativos que pueda producir en su actividad.
Etiquetado ecológico. La
ecoetiqueta
El sistema
europeo de concesión de etiquetas ecológicas fue
creado en 1992 (Reglamento del Consejo nº 880/92)
para identificar los productos que ejercen un menor
impacto sobre el medio ambiente y animar a los
fabricantes a diseñar productos más amigables con el
entorno, siendo la petición de la etiqueta
voluntaria.
La
etiqueta se concede únicamente a productos que tienen
un impacto medioambiental reducido en todo su ciclo de
vida, de tal forma que sólo el 30% de los productos
en venta pueden acceder a ella. Los productos
contemplados por la Etiqueta Ecológica Europea son de
consumo diario -a excepción de productos
alimenticios, bebidas y medicamentos:
Equipos y
material de oficina: ordenadores de mesa y portátiles
y papel de copia
Higiene y
limpieza doméstica: detergentes para lavadora,
detergentes para lavavajills, papel higiénico,
rollos de papel de cocina y papel tisú, otros
papeles tisú para uso doméstico
Materiales
para bricolaje: pinturas de exterior, barnices de
interior, bombillas, tejidos de interior
Camas y
colchones: ropa de cama, colchones
Ropa y
zapatos
Jardinería:
enmiendas para el suelo
Cualquier
fabricante que desee incorporar la etiqueta ecológica
en algún producto debe enviar una solicitud al
organismo nacional competente que avaluará la posible
concesión tras estudiar el ciclo de vida del producto
a través de laboratorios independientes. El organismo
informa a la Comisión Europea, quien transmite a los
demás estados miembros sobre la petición de etiqueta
ecológica de un producto. Todo este proceso de
concesión no debe tardar más de tres meses en
completarse.
Auditoría ambiental o ecoauditoría:
EMAS
El
reglamento UE, 1836/93 de 29 de junio de 1993 del
Consejo, define la auditoría medioambiental como un
instrumento de gestión que comprende una evaluación
sistemática, documentada, periódica y objetiva de la
eficacia de la organización, el sistema de gestión y
procedimientos destinados a la protección del medio
ambiente, cuyos objetivos son facilitar el control de
las prácticas empresariales que puedan afectar al
medio ambiente y evaluar la política medioambiental
de las empresas.
El
Reglamento comunitario es aplicable en España desde
la publicación del Real Decreto 85/1996 de 26 de
enero (dirección). A través del EMAS
se establece un proceso de auditoría ambiental en las
empresas que desarrollen actividades industriales, de
carácter voluntario y encaminado al cumplimiento de
los siguientes requisitos:
Cumplimiento
de la legislación vigente en materia de medio
ambiente
Conseguir
un ahorro de costes en lo que a recursos energéticos
de la empresa se refiere.
Aumento de
consumidores potenciales gracias a la obtención
de la euroetiqueta y mejor imagen pública de la
empresa
Gestión de
estrategias medio ambientales por parte de la
empresa Los objetivos globales de una auditoría
medioambiental pueden resumirse en:
Conocer la
situación ambiental de la empresa y el impacto
que ésta causa en su entorno
Establecer
las necesidades ambientales y determinar las
medidas correctoras a aplicar con un determinado
orden de prioridades
Poder
explicar a terceros las actividades de la compañía
referentes a la protección del medio ambiente